OBSERVARE
Universidade Autónoma de Lisboa
e-ISSN: 1647-7251
VOL12 N1, TD1
Dossiê temático Relações Internacionais e Redes Sociais
Julho 2021
84
LA UE FRENTE A LA DESINFORMACIÓN DE CHINA Y RUSIA DURANTE LA
COVID-19. LA NECESIDAD DE UNA MAYOR PROACTIVIDAD NARRATIVA
EUROPEA A NIVEL INTERNACIONAL
MIGUEL ÁNGEL BENEDICTO SOLSONA
miguel.benedictosolsona@gmail.com
Doctor en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid. Licenciado en
Derecho por la Universidad de Zaragoza, en Ciencias de la Información por la UCM y en Ciencias
Políticas por la UNED. Sus áreas de investigación son la Unión Europea (política exterior,
seguridad y defensa y política de comunicación) y la diplomacia pública. Es miembro del equipo
de investigación del proyecto "La diplomacia pública de las megaciudades iberoamericanas:
estrategias de comunicación y poder blando para influir en la legislación ambiental global". Como
profesor, también colabora con la Universidad Europea de Madrid (España) y la Universidad
Pontificia Comillas
Resumo
La desinformación ha sido utilizada por terceros países para debilitar a la UE y sus
instituciones, erosionar la democracia y crear división social. En la primera ola de la pandemia
de la Covid-19, Rusia y China han estado en el punto de mira por sus operaciones de influencia
en Europa. En el artículo analizaremos el concepto de desinformación en la UE; las amenazas
externas, sobre todo, el nuevo papel que juega China y su uso de las redes sociales con el fin
de mejorar su imagen e imponer su modelo alternativo de gobernanza con técnicas de sharp
power. Finalmente se evaluará la estrategia europea para defenderse frente a las fake news
y la necesidad de la UE de ser más proactiva en la creación de marcos discursivos que le
permitan lanzar una narrativa a nivel internacional y mejorar su diplomacia pública.
Palavras chave
Desinformación; China; Rusia; Unión Europea; sharp power; Covid-19
Como citar este artigo
Solsona, Miguel Ángel Benedicto. La UE frente a la desinformación de China y Rusia durante
la COVID-19. La necesidad de una mayor proactividad narrativa europea a nivel internacional.
Dossiê temático Relações Internacionais e Redes Sociais, VOL12 N1, TD1, Julho de 2021.
Consultado [em linha] na data da última consulta, https://doi.org/10.26619/1647-
7251.DT21.6
Artigo recebido em 5 de Janeiro de 2021 e aceite para publicação em 2 de Março de 2021
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La UE frente a la desinformación de China y Rusia durante la Covid-19. La necesidad de una mayor
proactividad narrativa europea a nível internacional
Javier Ángel Benedicto Solsona
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LA UE FRENTE A LA DESINFORMACIÓN DE CHINA Y RUSIA
DURANTE LA COVID-19. LA NECESIDAD DE UNA MAYOR
PROACTIVIDAD NARRATIVA EUROPEA A NIVEL INTERNACIONAL
MIGUEL ÁNGEL BENEDICTO SOLSONA
Introducción
La Unión Europea lleva sufriendo el fenómeno de la desinformación desde el año 2015.
Tras la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia, Moscú no ha dejado de utilizar este
tipo de herramientas para desestabilizar a distintos países europeos, sobre todo, durante
las campañas electorales, provocando una polarización social y la disminución de la
confianza en las instituciones y la democracia. El 73% de los usuarios europeos de
internet estaban preocupados por la desinformación o la información errónea on line
durante los períodos electorales; el 85% de los encuestados percibe las noticias falsas
on line como un problema en su país y el 83% como un problema para la democracia en
general (Flash Eurobarometer 464, 2018).
Con el fin de frenar estas amenazas, la UE puso en marcha una serie de instrumentos
para combatir las fake news con éxito relativo durante las elecciones al Parlamento
Europeo en mayo de 2019. Sin embargo, la pandemia de la Covid-19 ha demostrado que
las medidas no eran suficientes. La tecnología y las plataformas sociales cambian y los
ataques son cada vez más sofisticados y agresivos; además, países como China, aunque
con objetivos distintos a los rusos, como veremos, también se han apuntado al fenómeno
de la desinformación en Europa.
1. Metodología y trabajo de campo
En este artículo se examina como actores externos a la UE, en concreto Rusia y China,
han puesto en marcha procesos de injerencia y desinformación durante la pandemia.
Para ello hemos analizado los informes del Servicio de Acción Exterior de la UE (SEAE)
desde marzo de 2020 para observar cómo ha sido la injerencia de los medios de
comunicación controlados por el Kremlin y por Beijing. Dada la importancia de las
plataformas sociales, también hemos revisado el panel Hamilton
1
2.0, un proyecto de
Alliance for Securing Democracy y el German Marshall Fund, que proporciona un análisis
1
Dashboard Hamilton 2.0 https://securingdemocracy.gmfus.org/hamilton-dashboard/
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de las narrativas y temas promovidos por funcionarios rusos, chinos e iraníes em redes
sociales y medios de comunicación financiados por dichos países.
La novedad del caso chino en el uso de la desinformación en la UE nos ha llevado también
a analizar la acción del ministerio de Exteriores de China en twitter (en inglés) de febrero
a abril de 2020, los meses s duros de la pandemia en la UE. Para el trabajo de campo
hemos recogido 266 tweets de la cuenta oficial del ministerio de Exteriores chino subidos
entre febrero y abril de 2020, que es cuando la pandemia golpeó más fuerte en Europa
durante la primera ola. Hemos analizado cuántos tweets se han escrito en relación con
la Covid-19 durante esos meses, qpaíses han sido los s citados por dicho ministerio
dentro y fuera de la UE, qué instituciones son las más nombradas y el tipo de
informaciones sobre el coronavirus que China ha subido en twitter.
Asimismo, se analizan las medidas que la UE ha puesto en marcha frente a la
desinformación, antes y después de la pandemia,
2. Consideraciones teóricas sobre Soft power, y Sharp power
Durante la crisis del coronavirus, las instituciones europeas sufrieron ataques desde Rusia
y China. Moscú lleva años utilizando campañas de desinformación en varios países de la
UE con la finalidad de debilitar sus instituciones, crear división social y erosionar la
democracia. En cambio, Beijing no había utilizado este tipo de acciones hasta la irrupción
de la Covid-19 con el objetivo de presentar su propia narrativa sobre el origen de la
pandemia, mejorar su imagen en la UE a través de la diplomacia de las mascarillas
2
o
apoyar a los países relacionados con la Nueva Ruta de la Seda
3
(BRI; en sus siglas en
inglés).
Ambos países se han dotado de instrumentos que permiten poner en marcha acciones
coordinadas que se dirigen a los estados democráticos para vulnerar sus instituciones a
través de medios políticos, económicos, militares, civiles o relacionados con la
información. Rusia y China utilizan el poder blando (soft power) para atraer al público
extranjero, pero bajo ese disfraz se esconden operaciones disruptivas que pueden
calificarse como sharp power o poder afilado; utilizado por algunos países para agrietar
los sistemas democráticos como el de la UE.
El concepto de soft power se atribuye a Joseph Nye que lo define como una forma de
poder no coercitivo que tiene el efecto de "conseguir que otros deseen los resultados que
tu deseas ‘a través de la’ habilidad de la atracción, [lo que] lleva a la aquiescencia” (Nye,
2004: 5).
El declive del monopolio estatal en beneficio de la soberanía compartida en materia
económica y, sobre todo, comunicativa plantean la necesidad de repensar la diplomacia
tradicional. No parece posible que se pueda volver a un sistema internacional cerrado y
monopolizado por la actividad estatal, sino que se apunta hacia una diplomacia s
2
Es el intento de mejorar la imagen de China en el exterior como país de donde había salido el virus mediante
la ayuda médica o el envío de material sanitario o mascarillas por parte de Beijing, donaciones de empresas
o de las comunidades chinas en el exterior.
3
Es un proyecto geopolítico que busca integrar Asia, Europa y África en un mercado con una red de transporte
intercontinental.
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abierta y, más intermediada por los medios de comunicación, en la que la sociedad civil
juega un papel cada vez más importante. La diplomacia pública según Nye (2008) es
una herramienta indispensable para la promoción del poder blando de un país”. En ese
sentido, Van Ham (2005: 47) explica que es “utilizada por los estados para convertir el
poder duro en el poder blando de la legitimidad, credibilidad, superioridad cultural, y
dominio normativo. Las ruedas del hard power solo pueden funcionar de manera suave
con el lubricante del soft power, del que la diplomacia pública es un elemento clave”.
Sin embargo, cuando Rusia o China usan la diplomacia para socavar el sistema político
de otro país, Walker y Ludwig (2017a) no hablan de soft sino de sharp power. Un
concepto que acuñaron en la revista Foreign Affairs como el uso de políticas diplomáticas
manipuladoras por un país para influir y socavar el sistema político de otro país. Según
Walker (2016) “los regímenes autoritarios explotan las oportunidades que da la
globalización y crean un kit de herramientas antidemocrático”. Para ello incluyen ONGs
controladas por los gobiernos, el uso de la inversión y de la ayuda exterior y se valen de
medios de comunicación tradicionales y on line. Crean un modelo alternativo que reduce
el espacio político de la sociedad civil mediante la construcción de una infraestructura,
trabajando de manera conjunta en organizaciones internacionales que ya existen o de
nueva creación, que les permite desafiar a las democracias y sus valores.
Walker y Ludwig argumentan que los esfuerzos de Moscú y Beijing en materia de
diplomacia pública no se basan en la atracción y ni siquiera en la persuasión, sino en la
manipulación. El sharp power busca "penetrar o perforar" la información política y los
entornos de los países seleccionados. Es un poder que usa políticas que ayudan a los
regímenes autoritarios a coaccionar y manipular opiniones en el extranjero. Los efectos
corrosivos del sharp power son evidentes en las esferas de la cultura, la academia, los
medios y las publicaciones, sectores que son más vulnerables por su inseguridad
financiera (Hala, 2020). Las democracias como la UE, abiertas y accesibles, son
vulnerables a ese poder afilado.
China quiere tener un papel más importante a nivel global y para ello promueve sus
ideas, normas y modelos de gobierno mediante la censura o la manipulación con el fin
de minar la integridad de instituciones independientes. Según Nye (2021) “China debe
darse cuenta de que la mayor parte del soft power de un país proviene de su sociedad
civil más que de su gobierno”. El problema de China es que los actores que intervienen
en su diplomacia pública dependen del control del partido comunista (Walker, 2018). El
sistema represivo del gobierno chino anula a los actores no estatales y convierte su poder
blando y diplomacia pública en un sharp power que procura manipular o coaccionar las
opiniones en el exterior (Benedicto, 2020).
3. Actividades de Rusia y China durante la primera ola del Covid-19
La COVID-19 ha dado lugar a lo que la OMS denomina “infodemia”,
4
que en la situación
de confinamiento se vio agravada por el uso masivo de redes sociales para acceder a la
4
Exceso de información sobre un asunto, pero también de desinformación, información errónea o teorías de
la conspiración que generan confusión y desconfianza e impiden dar una respuesta eficaz al problema.
https://www.who.int/docs/default-source/coronaviruse/situation-reports/20200305-sitrep-45-covid-
19.pdf?sfvrsn=ed2ba78b_4
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información. Durante la crisis del coronavirus la situación de ha vuelto más compleja con
informaciónes falsas sobre el virus, ataques a grupos étnicos o religiosos por ser el origen
de la pandemia, fraudes a consumidores, teorías de la conspiración, ciberdelincuencia y
campañas selectivas de desinformación por parte de agentes extranjeros o nacionales
que pretenden socavar la democracia y la credibilidad de la UE y de las autoridades
nacionales o regionales (European Commission, 2020a).
En este artículo nos centramos en el desafío que terceros países, como Rusia y China,
han emprendido con campañas de desinformación acerca de la COVID-19 en la UE y en
los países de su vecindad, con las que pretenden minar el debate democrático y
exacerbar la polarización social, mejorando con ello su propia imagen en relación con la
pandemia. Moscú y Beijing aprovecharon que la respuesta inicial de la UE al coronavirus
fue tardía e insolidaria. La prohibición de exportar material médico por parte de Francia
o Alemania a una necesitada Italia fue un duro golpe para la imagen de la UE. China y
Rusia desplegaron una estrategia de diplomacia pública, con el envío de material sanitario
y médicos. La UE, que no tiene competencias sanitarias, vio como China con “la
diplomacia de las mascarillas
5
cubría el vacío de liderazgo y coordinación europeo; y
conseguía que Italia, España o Serbia agradecieran e incluso pidieran ayuda a Beijing.
La Comisión Europea reaccionó más tarde abriendo corredores de transporte para que
los suministros médicos pudieran llegar a cualquier país de la UE que los necesitara, y
ofreció asistencia también a los países candidatos de los Balcanes occidentales, pero la
imagen inicial de insolidaridad ya había quedado marcada.
3.1. Informes del SEAE sobre la actividad de Moscú y Beijing
En el primer informe del SEAE (2020a) se subrayaron los ataques a Bruselas por el escaso
apoyo a sus Estados miembros; mientras que países como Italia eran asistidos por China
o se rompía el espacio Schengen. El objetivo de Rusia era generar desconfianza en las
autoridades y sistemas sanitarios nacionales y europeos, instituciones internacionales y
expertos científicos.
Por su parte, China esparció informaciones sobre el gran trabajo realizado por Xi Jinping
para contener el coronavirus; mientras Occidente y los Estados Unidos trabajaron con
demasiada lentitud y ahora están en total desorden por el virus.
En el segundo informe del SEAE (2020 b) de finales de abril se concluye que tanto Rusia
como China, en menor medida, han difundido teorías de la conspiración y de
desinformación dirigidas tanto al público de la Unión Europea como al de los países del
entorno cercano.
Los medios de comunicación estatales rusos llevan a cabo una campaña coordinada con
el doble objetivo de socavar a la Unión Europea y su respuesta a la crisis, y de sembrar
confusión sobre los orígenes y las consecuencias de la COVID-19 para la salud, aunque
contradiga las directrices oficiales de la OMS y las políticas de contenido de las redes
sociales.
5
Política de cooperación sanitaria y ayuda por parte de China hacia países afectados por la pandemia
mediante donaciones de material sanitario y envío de médicos.
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Desde mitad de febrero a finales de marzo de 2020, Beijing se caracterizó por poner en
duda el origen del virus, restringiendo las referencias a Wuhan o sembrando dudas al
atribuir el inicio del virus a militares americanos; y destacar el papel de China como líder
mundial en la respuesta al coronavirus liderada por Xi Jinping (Recorded Future, 2020).
Según el Daily Telegraph (2020), algunos medios estatales chinos eludieron las reglas
sobre publicidad política de las redes sociales y lanzaron campañas elogiando la gestión
del virus por parte de China y atacando a Estados Unidos.
China desvió cualquier posible responsabilidad por el brote de la pandemia y no dejó de
publicitar la asistencia bilateral, que presta a algunos países europeos destacando que
Beijing ha sido de s ayuda que la Unión Europea en la lucha contra la pandemia. La
estrategia funcionó en Italia donde el 52% de los encuestados por la empresa de sondeos
SWG en marzo consideraron a China un país amigo de Italia, un ascenso del 42%
respecto a enero de 2020. Sin embargo, el porcentaje de encuestados que confiaban en
las instituciones de la Unión Europea se redujo al 27 % en marzo de 2020 desde el 42 %
de septiembre de 2019. En cuanto a los socios estratégicos de China fuera de Europa, el
36% creen que se debe mirar a China frente al 30% que cree que deben hacerlo hacia
Estados Unidos.
Figura 1. Alianzas internacionales: China recupera el crédito entre los italianos y ahora es preferida
a Estados Unidos
Fuente: Revista Formiche.
La revista Formiche (2020) detectó una operación coordinada de bots de Twitter en Italia
para ampliar el alcance de los mensajes de la embajada china alabando a su país y para
atacar a la Unión Europea
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También los países de la vecindad oriental de la UE, de la orilla Sur del Mediterráneo y
los Balcanes Occidentales, reciben información en la que se muestra a Europa dividida o
débil a la hora de hacer frente a la crisis de manera eficaz (SEAE, 2020 b).
En el tercer informe del SEAE (2020c) del mes de mayo “los canales de televisión
controlados por Rusia promovieron narrativas de desinformación sobre el colapso de los
valores occidentales y China ha tratado de controlar la narrativa sobre la COVID-19 y
desviar cualquier crítica al ser retratada como un actor responsable, transparente durante
la pandemia y un modelo a seguir por otros países.”
Según Freedom House (2020), desde marzo de 2020 se detectaron intentos coordinados
y encubiertos por parte de actores vinculados a China de manipular información sobre la
Covid-19 en países como Italia o Serbia, entre otros, con contenido en idiomas locales.
Beijing adopta cada vez más el estilo ruso y ya no solo censura las críticas que recibe,
sino que pasa a sembrar dudas y a usar teorías de la conspiración con una fuerte
proactividad de los funcionarios en redes sociales denominada diplomacia del guerrero
lobo
6
En el cuarto informe del SEAE (2020d) de diciembre de 2020, la desinformación
disminuye y se centra en las vacunas. Rusia alaba con un discurso triunfal la Sputnik V
y China destaca su respuesta a la Covid-19 como un compromiso con el multilateralismo
y la rápida reapertura de su economía.
3.2 Análisis del twitter del Ministerio de Exteriores chino
La difusión de mensajes en estas plataformas tiene como objetivo asegurar el poder
discursivo de China en el mundo, que es uno de los objetivos más importantes del
aumento de su poder blando (Zhao, 2020). Según el análisis, que hemos realizado sobre
los tweets en inglés subidos en la cuenta del ministerio de Exteriores chino, durante los
tres primeros meses de la primera ola de la pandemia en la UE, el 78% tuvieron que ver
con la Covid-19. El primer mes fue el que s intensidad hubo en la red social sobre
todo para intentar esconder el origen del virus y desviar la atención con teorías de la
conspiración y acusaciones de racismo. Beijing también agradeció la solidaridad de países
como Pakistán, Serbia y los socios de la Asean.
En febrero, el país más citado en el twitter del ministerio de Exteriores fue Pakistán y en
Europa, Italia fue el primero y. curiosamente, países pequeños como Serbia y
Montenegro ocuparon la cuarta y quinta posición. Todos ellos tienen algo en común: su
pertenencia al proyecto geopolítico chino de la Nueva Ruta de la Seda. En cuanto a la
institución más citada, sin duda, es la OMS con la que Beijing quiere demostrar su
apuesta por la multilateralidad. En las primeras etapas del brote, los mensajes oficiales
chinos se centraron en la solidaridad e historias de interés humano y en los esfuerzos de
Beijing para responder a la crisis como el vídeo de la construcción del hospital de Wuhan.
6
Se caracteriza por el uso de la retórica de confrontación por parte de los diplomáticos chinos al denunciar
las críticas a China y ser combativos en entrevistas y en las redes sociales.
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Tabla 1. China en twitter
Meses
Febrero 2020
Marzo 2020
Abril 2020
Total tweets
MAE China
125
63
78
Tweets sobre
el Covid-19
103
42
63
País más
citado fuera
de Europa
Pakistán 11
EEUU 7
EEUU 8
País europeo
más citado
Italia 4
Francia 2
Alemania 3
Serbia 2
Montenegro1
Italia 2
Serbia 2
Francia 2
Institución
más citada
OMS 10
OMS 7
OMS 8
ASEAN 2
Temas que
más
preocupan a
China
relacionados
con la COVID
-Quejas por
informaciones sobre
el origen del virus en
un laboratorio chino,
racismo y teorías de
la conspiración.
-Agradecimientos
por la solidaridad de
Pakistán, Serbia y
ASEAN.
-Video de la
construcción del
hospital Wuhan
-Solidaridad con
Japón y Corea del
Sur.
-No lo llamen
virus de Wuhan
-Apoyo a países
como Italia o
Serbia
-Cadena de
suministros
china funciona
a pesar del
Covid
-Laboratorios de USA en la antigua
URSS como origen del virus.
-Amenaza de no enviar equipos
médicos a Holanda por cambio del
nombre oficial de Taiwan
-Expertos de la OMS descartan que el
virus provenga de un laboratorio chino.
-Críticas al intento de desestabilizar la
relación de China y África.
-Defensa del Director General de la
OMS por ataques racistas.
-Tweets de envío de médicos,
mascarillas o equipamiento médico a
Pakistán, Serbia, Nigeria Kazajistan,
USA, ASEAN; Djibouti, Rusia,
Myanmar, Camboya, Bangladesh, y
Taiwan.
Fuente: Elaboración propia según la cuenta oficial de twitter del MAE chino
Pero en marzo, a medida que el virus se propagó rápidamente a Europa y Estados Unidos,
ese enfoque cambió y se comenzó a criticar la gestión del virus por parte de la
administración Trump y a resaltar el caos de los sistemas democráticos. Beijing comenzó
a poner en duda el origen del virus en Wuhan. Comenzó a señalar a militares americanos
como los inoculadores del Covid-19; y a destacar el papel de China como líder mundial
en la respuesta al coronavirus y subrayar que la cadena de suministros china sigue activa.
Además, no dejó de hacer propaganda sobre su asistencia a países europeos como Italia
y Serbia, mientras destacaba la inacción de Bruselas.
En abril, subió el número de tweets y el país más citado fue los Estados Unidos a los que
se acusa de fabricar el virus en un laboratorio en la antigua URSS. Esta teoría de la
conspiración sobre los laboratorios biológicos estadounidenses fue tuiteada en más de
una ocasión por la cuenta oficial del ministerio de Exteriores chino y cubierta por sus
medios oficiales.
Además, se lanzaron campañas elogiando la gestión del virus por parte de China y se
atacaron a Estados Unidos. Beijing desvió su responsabilidad por la gestión del virus al
inicio de la pandemia y subrayó que la OMS descartó que fuera creado en un laboratorio
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chino. Asimismo, no dejó de tuitear informaciones sobre el envío de material sanitario,
médicos y mascarillas a distintos países del mundo dando lugar a la denominada
diplomacia de las mascarillas y mejorando su imagen en Italia o Serbia.
4. Estrategias de la UE frente a la desinformación
4.1. Desinformación: un concepto más amplio que el de fake news
El fenómeno de la desinformación que recoge la UE va más aldel término «noticias
falsas» según se desprende del informe realizado para la Comisión Europea por el Grupo
de Expertos de Alto Nivel (HLEG), que define la desinformación “como todas las formas
de información falsa, inexacta o engañosa diseñada, presentada, editada o promovida
para causar daño público intencionadamente o para conseguir lucrarse” (European
Commission, 2018a: 3). Los trolls
7
y los hackers usan algoritmos de big data para
identificar las debilidades y tendencias únicas de cada persona y luego fabrican historias
consistentes con ellas y se ayudan de los bots
8
para difundirlas. Utilizan estas historias
para reforzar los prejuicios de quienes creen en ella para exacerbar las grietas en la
sociedad y perforar el sistema democrático desde adentro (Brahms, 2019).
4.2. Cómo combatir la desinformación
Rusia cuenta con un presupuesto de entre 3.000 y 4.000 millones para medidas de
desinformación (McCauley, 2016) y como explica Roig (2018) utiliza instrumentos como
las agencias de información rusas RT y Sputnik para el exterior; controla casi todas las
televisiones nacionales, usa la Agencia de Investigación de Internet (IRA en sus siglas
en inglés) para inundar las redes sociales y genera operaciones de desinformación
sofisticadas y masivas. Unas 15.000 personas trabajan en esas tareas de desinformación
(McCauley, 2016) y Sputnik y RT, proporcionan historias para ser propagadas a través
de las redes sociales.
Un estudio sobre manipulación de la información realizado por el gobierno francés (Vilmer
et al., 2018) afirma que el 80% de las autoridades europeas consultadas atribuyen a
Rusia interferencias en Europa; pero también lo hacen a otros Estados (principalmente
China e Irán) y actores no estatales (grupos yihadistas, en particular el ISIS). Sin
embargo, algunos académicos han cuestionado este porcentaje sobre la base de que tal
volumen es apenas medible “porque no hay consenso sobre qué constituye exactamente
la desinformación”.
La dimensión transfronteriza de la desinformación ha hecho necesario un enfoque
coordinado y a largo plazo entre los Estados miembros de la UE para responder a este
reto. En 2015, las instituciones europeas crearon el Grupo East Stratcom (Estrategia de
Comunicación para el Este), pionero frente a las fake news para ayudar a los países
candidatos y socios de la vecindad de la UE en sus esfuerzos por contrarrestar las
7
Persona que usa las redes sociales para distribuir fake news o publicar comentarios con el objetivo de
desestabilizar e influir en la opinión pública.
8
Programas informáticos que imitan la interacción humana y difunden de manera automática campañas de
desinformación en las redes sociales.
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actividades hostiles de propaganda y desinformación (European Parliament, 2019). El
Grupo de Trabajo difunde miles de ejemplos de desinformación favorable al Kremlin y
estudia a diario las técnicas e intenciones de las campañas de origen ruso.
Ante el avance de las fake news, la UE adoptó en 2016 un Marco Común para la lucha
contra las amenazas híbridas en el que se subrayó la amenaza que suponen las campañas
masivas de desinformación, que utilizan las redes sociales para controlar la narrativa
política o para radicalizar, reclutar y representar a actores indirectos. Es un tema que se
enmarca en el ámbito de la seguridad y defensa nacional y la responsabilidad principal
recae en los Estados miembros; pero al ser amenazas comunes, que pueden atacar las
redes o infraestructuras transfronterizas, se afrontan de modo más eficaz con una
respuesta coordinada a nivel europeo (European Parliament, 2016).
Dentro de las medidas previstas, en 2016 se creó en el SEAE la Célula de Fusión contra
las Amenazas Híbridas y un año después abrió en Helsinki el Centro Europeo para la
Lucha contra las Amenazas Híbridas con la participación de 10 Estados miembros de la
UE, Noruega y los EE. UU. Su apertura y colaboración entre OTAN y UE fue una señal de
que las tensiones con Rusia por sus campañas de influencia en Occidente ya no podían
ser ignoradas.
El informe de conclusiones del HLEG (European Commission, 2018a) describió los efectos
nocivos de la desinformación debido al aumento de desconfianza institucional y el
incremento de las tensiones sociales, y las consecuencias que podía tener para la
seguridad interna si se combinaba con ciberataques o en la elaboración de políticas
públicas dada su influencia en la opinión pública. La desinformación puede afectar a
políticas, debates sociales y comportamientos en ámbitos como el del cambio climático,
la migración, la seguridad pública, la salud y las finanzas; y puede mermar la confianza
en la ciencia y en las pruebas empíricas (European Commission, 2018b). En dicho
documento se señaló que las plataformas apenas habían tomado medidas frente a la
desinformación y se dudaba que protegieran bien a sus usuarios contra el uso no
autorizado de sus datos personales por terceros. Tras el escándalo de Cambridge
Analytica, la Comisión planteó medidas para garantizar unas elecciones europeas libres
en 2019.
En 2018 se puso en marcha un Código de Buenas Prácticas contra la desinformación,
firmado por plataformas como Facebook, Google, Twitter, Mozilla y Microsoft, que se
comprometieron a tomar medidas y la Comisión a supervisar su eficacia de manera
regular. La Comisión Europea también aprobó un Plan de Acción contra la desinformación,
creó un Sistema de Alerta Rápida para tener una coordinación más estrecha entre la UE
y las autoridades nacionales; y se incrementó la cooperación internacional con el G7 y la
OTAN
Antes de las elecciones europeas, el Parlamento Europeo (2019) aprobó un Informe para
sensibilizar a la opinión pública “acerca de las campañas de desinformación de Rusia, ya
que constituyen la principal fuente de noticias falsas en Europa”. La ponente del informe
(Fotyga, 2019), señaló que “la difusión de la desinformación se ha vuelto más sofisticada
debido a las nuevas herramientas (por ejemplo, aplicaciones de mensajería privada,
optimización de motores de búsqueda, sonido manipulado o imágenes) y más agresiva”.
El informe condenó las acciones de Rusia, China, Irán y Corea del Norte, que según los
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eurodiputados buscaban socavar las democracias europeas y la soberanía de todos los
países de la Asociación Europea Oriental, así como influir en las elecciones y apoyar a los
movimientos extremistas. Los eurodiputados instaron a la UE a que reforzase el grupo
de lucha contra la propaganda East StratCom para combatir los ataques desde Rusia.
Las medidas adoptadas durante las elecciones europeas ayudaron a combatir la
desinformación y preservar la integridad de los comicios Según el Informe de la Comisión
Europea (2019) “las pruebas disponibles no han permitido determinar la existencia de
una clara campaña transfronteriza de desinformación procedente de fuentes externas y
específicamente dirigida a las elecciones europeas” Sin embargo, pusieron de manifiesto
una actividad de desinformación continuada y sostenida por parte de fuentes rusas con
el objetivo de desalentar la participación electoral e influir en las preferencias de los
votantes. Así se cuestionó la legitimidad democrática de la Unión y se explotaron debates
públicos polémicos sobre cuestiones como la migración y la soberanía. “Esto confirma
que las campañas de desinformación desplegadas por agentes estatales y no estatales
suponen una amenaza híbrida para la UE” (Comisión Europea, 2019a).
La cooperación con las plataformas mejoró, pero no lo suficiente. “Más de 600 grupos y
páginas de Facebook que operan en Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Polonia y
España han difundido desinformación e incitación al odio o han utilizado perfiles falsos
para potenciar de forma artificial el contenido de los partidos o sitios que apoyan”
(Graham-Harrison, 2019). Denuncias de investigadores, verificadores de datos y la
sociedad civil también sirvieron para detectar otros casos de intentos a gran escala de
manipular el comportamiento de voto al menos en nueve Estados miembros (Avaaz,
2019).
Sin embargo, la crisis del coronavirus ha vuelto a poner sobre la mesa que hay que seguir
trabajando para evitar la desinformación sobre todo frente a terceros países, como China
y Rusia que han puesto en marcha operaciones de influencia, como se desprende de la
comunicación de junio de 2020 de la Comisión Europea (2020a). Para evitar estas
interferencias externas, la UE busca la colaboración internacional con el G7, la OTAN y la
OMS y también un papel más activo a la hora de comunicar a nivel local sobre todo en el
uso de las redes sociales.
En la consulta pública que la Comisión Europea (2020b) llevó a cabo el 69 % de los
encuestados se mostró partidario de algún tipo de regulación sobre la desinformación y
un 57% apoyó la opción de seguir con el Código de Buenas Prácticas y combinarlo con
algún tipo de medida legal. Tras la consulta se presentó el Plan de Acción para la
Democracia Europea con medidas más duras para evitar la injerencia extranjera en los
procesos electorales de la UE y la desinformación. La finalidad del Plan de la Comisión
Europea (2020c), que se irá implementando hasta los comicios europeos de 2023, es
pasar de la autorregulación a una “corregulación” en consonancia con la próxima norma
de servicios digitales. Según el documento se busca reducir los incentivos económicos
para difundir desinformación e imponer sanciones, aunque no se explica cómo serán, a
los actores involucrados en operaciones de influencia e interferencia extranjera”. En la
propuesta que hace la Comisión sobre la nueva Ley de Servicios Digitales, se mejoran
los mecanismos para eliminar los contenidos ilícitos y se introduce una mayor supervisión
pública de las plataformas.
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4.3. La creación de marcos europeos
La UE tiene una esfera blica en construcción en la que a la hora de luchar contra las
fake news se ha apostado por el fact checking en lugar de crear marcos alternativos a
nivel europeo (Tuñon, Oleart y Bouza, 2019). La apuesta por los fact checkers es reactiva
pues su estrategia es desmentir las falsedades que circulan en la esfera pública, y al
hacerlo se amplifica el efecto de la desinformación al reproducir los marcos que se utilizan
para debatir. Si aplicamos la teoría del framing nos damos cuenta de la importancia que
tiene la proactividad en la comunicación, sobre todo, a la hora de establecer los marcos
discursivos. Siguiendo a Lakoff (2004), la repetición del marco de la desinformación la
extiende por la incipiente esfera pública europea en lugar de derrotarla.
Durante la crisis del coronavirus, Rusia y China han sido activas a la hora de establecer
marcos y han utilizado el sharp power para hacerlo. Sin embargo, la UE no fue capaz de
utilizar su diplomacia blica ni narrativas proactivas que sirvieran para crear marcos
alternativos a nivel geopolítico. La UE ha prestado más ayuda a sus estados que la que
ha recibido de China, sin embargo, la percepción de la ciudadanía europea al inicio de la
crisis fue la contraria. Como explicaba el presidente francés, Emmanuel Macron, la UE y
sus estados miembros han sido incapaces de exhibir esa asistencia mutua en sus
narrativas públicas (Mallet y Khalaf.; 2020).
5. Conclusiones
Rusia continúa con sus campañas de desinformación en la UE con el objetivo de
desestabilizar, polarizar y disminuir la confianza de los europeos en sus instituciones y
en la democracia para evitar la ampliación de la UE y de la Alianza Atlántica a su zona de
influencia. Una estrategia a la que China se ha unido, sobre todo, a partir de la primera
ola de la pandemia en Europa para ocultar el origen el virus y promover una imagen
positiva en el exterior y su modelo de gobernanza en contraposición a la democracia
occidental.
China vio en Italia y España o en la petición de ayuda de Serbia, su oportunidad para dar
la vuelta a la narrativa global sobre el coronavirus que situaba a Beijing como origen,
encubridor y acelerador de la pandemia y al Covid-19 como el “Chernobil” chino. Beijing
convirtió la crisis en una oportunidad geopolítica con una fuerte campaña de poder blando
con el fin de llenar el hueco dejado por EE. UU. y la UE. Los funcionarios chinos han
incrementado su presencia en las plataformas de redes sociales occidentales. Así, por
ejemplo, el cuerpo diplomático utiliza twitter cada vez más como plataforma para influir
en la opinión pública mundial, con la paradoja de que está bloqueado en China. Beijing
ha optado por dar forma al entorno de información global más allá de sus fronteras. La
proactividad de los funcionarios chinos en redes sociales y medios de comunicación
extranjeros señalan un cambio en su política exterior que cada vez es más asertiva al
igual que lo es su comunicación y su diplomacia pública, aunque esté trufada de sharp
power.
China ha optado por una narrativa internacional que ya no pasa solo por censurar las
críticas que recibe, sino por el uso de la desinformación y de las teorías de la conspiración
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al estilo ruso. La diplomacia de las mascarillas le ha funcionado en la UE y en su
vecindario. En Italia la imagen de China mejoró al inicio de la pandemia, y la inacción de
Bruselas sirvió para que el presidente serbio Alexander Vucik pidiera ayuda a Beijing.
Estos ejemplos demuestran la necesidad que tiene la UE de reforzar y coordinar su
comunicación estratégica dentro y fuera de su territorio para neutralizar la
desinformación y relatos como el de su falta de solidaridad durante la pandemia. Pero,
no solo es necesario reforzar la comunicación estratégica, sino que también hay que
mejorar la diplomacia pública de las delegaciones de la UE en el exterior en colaboración
con las embajadas de los 27 Estados miembros. A nivel interno, las oficinas del
Parlamento Europeo y las representaciones de la Comisión también deben tener un rol
más activo en los debates nacionales a nivel de medios y de redes sociales.
La UE no debe tratar solo de defenderse de las operaciones terceros países, sino que
necesita ser capaz de crear marcos narrativos alternativos a nivel geopolítico como forma
de combatir la desinformación en una esfera blica débil e incipiente como es la europea
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