En síntesis, si bien las perspectivas extra-bloque e intra-bloque de la cooperación
descentralizada en la Unión Europea comparten un gran conjunto de características
indispensables con respecto a las definiciones y conceptos utilizados, es preciso remarcar
que representan dos abordajes diversos que implican ser matizados y contextualizados.
La perspectiva intra-bloque de la cooperación descentralizada está asociada al concepto
de "integración subnacional”, es decir, el ejercicio de la cooperación descentralizada
intrarregional, concebida para reforzar los lazos de la integración (Ventura y García
Fonseca, 2012: 51). Las autoras advierten que la cooperación descentralizada ayudaría
a reforzar a la integración regional y, al mismo tiempo, la integración podría contribuir a
legitimar el proceso de cooperación descentralizada al no haber un embate entre ambos
procesos y que, por el contrario, la complementariedad se configuraría como una
estrategia de profundización de la integración.
Para cumplir el objetivo de investigación del presente artículo, indudablemente la
perspectiva intra-bloque resulta fundamental y adecuada para analizar los proyectos y
acciones en materia de energías renovables en el marco de la cooperación
descentralizada entre Smart Cities en la Unión Europea, no simplemente por referirse a
las prácticas que tienen lugar dentro del territorio de la Unión Europea, sino por aludir
directamente a problemáticas de desarrollo local.
II.1. El rol de las Smart Cities en la cooperación descentralizada en
materia energética en la Unión Europea
Durante los últimos años, las ciudades comenzaron a ser interpeladas de manera directa
para el tratamiento de las problemáticas energéticas debido a las grandes
potencialidades que el ámbito local ofrece frente a desafíos de esta índole. Coll (2014:
2) argumenta que las ciudades, concebidas como los sistemas organizativos
socioeconómicos, culturales y políticos fundamentales del siglo XXI, son los actores que
se encuentran en la mejor posición para abordar los desafíos locales mediante la
provisión de servicios públicos y para formular e implementar políticas educativas,
económicas, de seguridad, energéticas y de movilidad. Además, el autor advierte que en
la fase de diseño e implementación de políticas son actores con ventajas al encontrarse
de manera directa con los detalles de las problemáticas locales.
A lo largo del siglo XXI, las ciudades europeas han debido afrontar los desafíos causados
por los efectos de la globalización y de la descentralización sumados a las dinámicas
propias del proceso de integración del que forman parte como, por ejemplo, el
incremento de la población urbana, el aumento de la contaminación, los avatares del
cambio climático, la escasez de recursos naturales (Russo et al., 2014) y, sin dudas, los
desafíos energéticos tal como pudimos esbozar en el capítulo anterior.
De acuerdo estos autores (Russo et al., 2014: 1), los nuevos desafíos combinan
cuestiones vinculadas a la competitividad y el desarrollo urbano sustentable de manera
simultánea. En su análisis, los autores, además, enumeran una serie de indicadores para
dar cuenta el alcance de las problemáticas urbanas en la Unión Europea: por ejemplo,
advierten que el nivel de urbanización se encuentra por encima del 75% con expectativas