obligar al BASIC y a los EEUU a asumir compromisos de mitigación así como de
financiamiento a otros países en desarrollo, que ninguno estuvo dispuesto a tomar para
sí.
Ahora bien, nos preguntamos en qué sentido el régimen ha aportado
estabilidad/contención al sistema internacional. Asimismo, nos interesa definir cómo han
jugado la diversidad de intereses, la incertidumbre y la vinculación como fuerzas de
integración o fragmentación del régimen, especialmente en relación con la emergencia
del BASIC desde Copenhague.
Al respecto de la primera fuerza analizada, el año 2009 muestra el incremento en la
diversidad de intereses en el régimen climático, tanto como producto de la aparición del
BASIC como del rol de Obama en la Presidencia de los EEUU y su participación en la COP
15. Esta diversidad de intereses ha aportado en un primer momento fragmentación al
régimen como se vio en la propia COP15, dado que obligó al triángulo a tener en cuenta
que más allá de su poder conjunto, el sistema internacional más democratizado cuenta
con otros actores, en este caso el ALBA, que estaban dispuestos a pagar el costo del no
acuerdo. Sin embargo, traspasado ese momento, el ALBA pasó a estar contenido por el
LMDC, donde China e India ostentan un rol protagónico. Tras seis años de aquel episodio,
el BASIC puede haber aportado integración al régimen en la medida en que los intereses
contrapuestos de EEUU y la UE llevaban a un régimen de grandes jugadores donde los
pequeños y medianos no tenían ninguna incidencia en las reglas de juego. Si bien no
puede afirmarse que Brasil, China, India y Sudáfrica defiendan los intereses del mundo
en desarrollo, sino los propios, existen ciertos aspectos comunes al interior del G77 más
China que en París, sólo el BASIC pudo defender con eficacia, especialmente en materia
de diferenciación, el corazón de la negociación climática.
En consecuencia, el BASIC ha reducido la incertidumbre del régimen en la medida que
aceptó el nuevo esquema de INDCs/NDCs, precedidos por compromisos voluntarios, y se
ha mostrado permeable a operar como un nexo entre la mesa de jugadores mayores y
el mundo en desarrollo. Esto no significa que las incertezas no persistan en todos los
elementos. Las diferencias políticas, económicas, sociales y geográficas, entre otras, al
interior del mundo en desarrollo determinan que muchas veces los intereses de China
puedan estar más cercanos a los de EEUU que a los de Somalia, Vietnam, o Uruguay. Allí
es donde se configura un nuevo concepto de responsabilidades que puede asentarse
sobre las responsabilidades históricas plasmadas por Brasil al momento de la firma del
PK y que hoy son receptadas por distintos subgrupos de negociación al interior del
régimen. Los emergentes no pueden tener sólo beneficios asociados con su poder, el
poder incluye responsabilidades y esa es una verdad que las Relaciones Internacionales
han sabido contar con cierta vehemencia. La horizontalidad y relativa libertad del sistema
de contribuciones -al menos hasta que exista un marco de transparencia y ciclos- pueden
no evidenciar los costos de dicho liderazgo. En ese sentido, la UE será el guardián de que
todo el triángulo adquiera algún nivel de responsabilidad dentro del Régimen con el fin
de alcanzar la meta global de temperatura.
Respecto a la última fuerza, el grado de vinculación que el BASIC favoreció mediante su
interacción tanto con EEUU y la UE como con el G77, promovió la creación de lazos entre
actores con intereses y posiciones extremas. Un ejemplo en tal sentido es REDD plus o
el Mecanismo de Varsovia sobre Perdidas y Daños. En el primer caso, es un tema de
principal interés para Brasil, por lo que el grupo lo tomó como parte de sus consignas.
De esta manera, pujó por obtener financiamiento tanto de Europa como de EEUU para