Sudáfrica y Sudán (China Africa Research Initiative online; MOFCOM, The People’s
Republic of China online).
Al analizar la composición del comercio, se observa que está basado en la importación
de materias primas de los países africanos y la exportación de productos de alto valor
agregado. Las importaciones de China provenientes de la región de África Subsahariana
están concentradas en recursos extractivos, tales como el petróleo crudo que encabeza
la lista. Simultáneamente, la República Popular exportó a dicha región una producción de
lo más diversificada. El mayor porcentaje lo reunieron los bienes de capital (maquinaria,
equipos de transporte), seguidos por los textiles. La transición hacia la compra de este
tipo de productos -los cuales anteriormente provenían de Estados Unidos o la Unión
Europea- se debe a que son más accesibles en cuanto a costos, haciéndolos más
atractivos.
Las Inversiones Extranjeras Directas (IED) de China en África se han incrementado
sustancialmente desde 2003, alcanzando un pico en 2008, para luego descender como
consecuencia de la crisis financiera internacional. La IED se distribuye en todos los
sectores de la economía, dentro de los cuales la infraestructura ha ido aumentando
exponencialmente. En lo que respecta a la distribución sectorial, si bien los capitales
chinos tienen destinos variados, las industrias extractivas fueron las preponderantes en
un primer momento, superando el 30% del total, siguiéndoles la construcción y los
sectores financiero y manufacturero (The People’s Republic of China, 2010 y 2013; Pigato
y Tang, 2015: 11).
La IED del país asiático ha crecido de 1.000 millones de dólares desde 2004 a 35.000
millones en 2015, lo que representa una tasa de crecimiento anual promedio del 40%
(Sun et al., 2017: 20). En la región, los principales países receptores han sido: Angola,
Kenia, Congo (RDC), Sudáfrica y Zambia. En el año 2017, la inversión China en África
alcanzó los 4.100 millones de dólares, lo que significó un aumento interanual del 70,8%,
pero que representa sólo el 2,6% de los flujos totales de IED de China en el mundo.
Dicho esto y considerando que Asia representó el 69,5%, Europa el 11,7% y América
Latina el 8,9%, no se debe caer en una sobrevaloración del lugar que ocupa África en la
distribución de las IED de China a nivel global (Ministry of Commerce, The People’s
Republic of China, 2017: 96).
Beijing tiene una batería de herramientas gubernamentales para desplegar sus intereses
económicos en los países de África, muchas de las cuales se concretaron o propusieron
en el marco del Foro de Cooperación China-África (FOCAC). Entre ellos, tratados
bilaterales de inversión con 32 países africanos, acuerdos de arancel cero en algunas
exportaciones con los Países Menos Desarrollados y alivio de deuda. En segundo lugar,
en 2006 y como parte de uno de los compromisos establecidos en el FOCAC se inauguró
el Fondo de Desarrollo China-África, creado por las organizaciones financieras chinas para
brindar apoyo especial a las empresas nacionales con interés en invertir en África. Por
último, interesa dar a conocer que China ha promovido la instalación de “zonas
económicas especiales” en territorio africano -emulando la experiencia en su propio país-
en las cuales las empresas chinas se hacen cargo de la infraestructura. Finalmente,
importa mencionar las instituciones financieras chinas de las que emanan la mayoría de
los préstamos: China Development Bank, Export-Import Bank of China, Industrial and
Commercial Bank of China, Bank of China and China Construction Bank (The People’s
Republic of China, 2010 y 2013).