del desarrollo de su actividad, y a la constitución de filiales o a la adquisición de
empresas, frente a fórmulas más complejas, como son las joint ventures, los cuales han
sido tradicionalmente menos habituales. Los empresarios españoles han recurrido en
numerosas ocasiones a llegar a un acuerdo con un socio local, lo que les ha permitido
conocer mejor y más rápidamente las singularidades locales y ha facilitado las relaciones
con distintos agentes e instituciones, aunque a veces estos acuerdos han generado
problemas pasado el tiempo. Por ello, las compañías resaltan la importancia de evaluar
con mucho cuidado y con tiempo el perfil del socio local y su compromiso empresarial a
largo plazo.
La mayoría de estas operaciones de inversión han sido financiadas con recursos propios
de las compañías. Las operaciones de implantación en otros países requieren mucho
tiempo de maduración y hay que asumir los costes hundidos existentes. Por ello es
preciso reducir, en la medida de lo posible, los costes financieros.
Otro aspecto destacado en las estrategias de internacionalización de las empresas
españolas en América Latina es el uso bastante generalizado de estructuras mixtas y
locales en la organización de las distintas áreas o departamentos de las empresas, en los
que según pasan los años prevalece el personal local sobre los españoles expatriados.
Respecto a los principales obstáculos encontrados por las empresas españolas en el
proceso de implantación en América Latina, destacan los relacionados con los trámites
burocráticos soportados o con el funcionamiento de la Administración Pública
correspondiente, la fuerte competencia o el elevado poder económico de determinados
grupos empresariales locales, o la dificultad de encontrar personal cualificado en
determinadas actividades. Sin duda, se trata de cuestiones que pueden resultar muy
diferentes en cada país, y que exigen un proceso de información y conocimiento previo
que puede derivar en tensiones, retrasos o, incluso, en suspender la operación de IED.
Por ello, es muy importante que toda compañía comprenda estos obstáculos y los
interiorice en su estrategia de estudio para instalarse en un país latinoamericano.
Por su parte, los resultados obtenidos por la mayoría de las empresas españolas
presentes en América Latina han sido satisfactorios. La gran mayoría destacan que
gracias a sus inversiones en América Latina han aumentado sus ventas, sus beneficios y
su cuota de mercado. Pero los aspectos más resaltados por los empresarios españoles
son el componente a largo plazo de estas inversiones, con claros beneficios en términos
de la mejora de la reputación empresarial y unas mejores perspectivas de negocio futuro.
Para las empresas españolas su presencia en América Latina ha aumentado su potencial
de crecimiento, destacando las posibilidades que se derivan del aprovechamiento de
determinados países de América Latina como plataforma para la expansión a terceros
mercados. En particular, se comienza a vislumbrar el interés por alcanzar acuerdos
estratégicos entre empresas españolas y de América Latina para el acceso conjunto a
otros mercados, aspecto de especial relevancia para entrar en ciertos mercados
dinámicos como son los asiáticos.
En suma, las empresas españolas instaladas en América Latina resaltan su vocación de
permanencia en la zona, su deseo de arraigo en la sociedad latinoamericana y su firme
compromiso con la cultura y costumbres.
Por último, cabe destacar la existencia de instituciones de apoyo eficientes y de políticas
comerciales apropiadas como aspectos relevantes del proceso de internacionalización de